Cuando uno se decide a lanzarse a una aventura como esta, y se pone a investigar, uno se encuentra con historias de gente que, en este caso, va a Japón, y para el tiempo que regresa a su país, no tiene ningún verdadero amigo japonés. El hecho de hacer amigos del lugar a donde vives puede parecer la cosa más natural del mundo, pero (aunque no tengo idea de como sea en otros países) al menos en Japón, no lo es.
Mi plan antes de llegar era bastante firme: Instalarme, asistir a la escuela, tomar todas las actividades y clases culturales que mi horario me permita y sumergirme lo más posible en el ambiente del país que me ha conquistado el corazón desde hace años. Sin embargo, casi cinco meses después de haber llegado, me encuentro reflexionando al respecto y descubriendo que aunque tengo varios conocidos y gente con la que me llevo bien, realmente no creo tener ningún amigo cercano japonés. Pienso y pienso, y mi plan, aunque no va perfecto, tampoco va tan mal. ¿Cuál es el problema entonces? Si bien creo que parte del problema soy yo misma (nunca he sido la persona más amiguera que hayan conocido), creo que el problema está ya instalado en el lugar.
No, no digo que todos los japoneses tienen la culpa porque no nos quieran, porque realmente no creo que sea eso; pero creo que es la manera en la que están estructuradas las cosas, la que nos dificulta el trabajo a los que no somos súper extrovertidos. Verán , estoy en la escuela, en la que aunque se aprende mucho del idioma y la cultura, es para extranjeros, y por lo tanto, haces muchos amigos, pero no japoneses; luego estoy en clases de té, que son también especiales para extranjeros, porque están diseñadas para ser en japonés E inglés; Conseguí un baito (trabajo de medio tiempo) en el que mis jefes son japoneses y algunos clientes también, pero mi trabajo es hablar en inglés o español a la gente que viene de turista. El único entorno en el que estoy directamente con japoneses y como al mismo nivel (ja! ya quisiera) es la clase de taiko. Aquí todos somos estudiantes, ellos de la universidad, nosotros (4) de la escuela de japonés. Todos somos jóvenes y estamos aprendiendo. Y sin embargo, siempre terminamos divididos en japoneses y extranjeros.
Así, en el único ambiente en el que me sería más fácil hacer amigos, termino juntándome con los extranjeros, porque los japoneses tienen su idioma, que es difícil para nosotros y que tienen que explicar todo el tiempo, y nosotros tenemos el inglés, que es más fácil y rápido y nos damos a entender lo suficiente como para hacer bromas y transmitir información y volvernos más cercanos. Y es ahí cuando me doy cuenta que todas las divisiones que se hacen, no son precisamente solo culpa de los japoneses, sino de todos los que caemos en la zona de confort.
Hay que hecharle muchas ganas para poder hacer amigos por estos lares, pero precisamente, no queda mas que esforzarse...
Nos vemos pronto!
(no, no estoy depre ni nada, sólo fue una reflexión)